lunes, 3 de junio de 2013

LA DESIGUALDAD Y EL ESTADO DEL BIENESTAR

INTRODUCCIÓN
Últimamente se pronuncian algunas voces sobre del Estado de Bienestar, situación que anteriormente no sucedía, y es que, como dice el dicho, las cosas no se valoran hasta que se pierden.
Desde hace aproximadamente dos décadas, no se han escuchado protestas de nuestro sistema, quizá algunas personas que manifestaban, por ejemplo, que nuestra Seguridad Social era pésima, o que las listas de espera son muy largas. La réplica era que  España tiene una seguridad social envidiable, claro está, cuando el Estado del  Bienestar estaba en pleno apogeo.
Pero ¿a que nos referimos cuando  hablamos de Estado del Bienestar?, pues hacemos referencia a un modelo, mediante el cual, un  Estado, asume la responsabilidad de la provisión  de servicios de bienestar de sus ciudadanas/os.
Actualmente transcurren tiempos difíciles, donde la situación económica es la que impera y donde el resultado es, que muchos de los derechos adquiridos durante años, ahora se ven en peligro de desaparecer.

ANTECEDENTES
Si miramos hacia atrás, nuestra historia, podemos darnos cuenta como han ido ocurriendo las cosas. Partiremos desde el neolítico, donde las personas no tenían derechos y predominaba la ley del más fuerte. A continuación, llega la propiedad privada, creando la necesidad de defender las posesiones adquiridas, entre estas, las mujeres, las cuales, formaban parte de las pertenencias de los hombres. Dicha situación,  se obtenía a través de la fuerza física, y con la ayuda de la ideología patriarcal, ambas habían colaborado en la consecución del dominio y el establecimiento de los varones como los jefes de las tribus, el llamado varón sustentador[1], que yo personalmente, no creo que los hombres sustentaran en exclusiva, estoy segura, que las mujeres intervenían trabajando en el campo y en otras áreas, pero para centrarnos en la historia androcéntrica, el trabajo sufrió la fatal división, el público para los hombres y el privado para las mujeres. Concluimos con la obtención de los primemos derechos de la ciudadanía.
Para ir avanzando nos situaremos en La Revolución francesa, época de grandes cambios, para unos, no para otras. Fue en esta época cuando los hombres (no utilizo el masculino genérico) obtuvieron la categoría de ciudadanos, que llevaba consigo  la obtención de derechos. No pasó lo mismo con las mujeres,  Olympe de Gouges, redactada en 1789 la “DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE LA MUJER Y DE LA CIUDADANA, que la lleva al cadalso y es guillotinada. 
Todas las personas que no obtenían la categoría de ciudadana/o, y en consecuencia de derechos, quedaba a merced de la caridad, que desde tiempos inmemoriales la ha llevado a cabo la iglesia católica, atendiendo a la educación, asistencia a pobres, personas mayores y enfermas.

También hay que especificar la situación de las mujeres, siempre como ciudadanas de segunda, ya que, no solo formaban parte de una propiedad, hasta hace bien poco, eran tuteladas por sus padres y después pasaban a serlo  por sus maridos.
Nancy Frayser y Linda Gordon, explican “el comienzo en Estados Unidos de una ciudadanía social, hacen una genealogía del modelo dicotómico que se ha impuesto en la modernidad sobre las relaciones humanas, y que consiste en la oposición contrato versus caridad”[2].
El Estado del Bienestar, se basó en hombres que trabajaban, las mujeres, quedaban excluidas del mercado laboral, ya que permanecían al cuidando de las hijas e hijos, asimismo, del cuidado de las personas mayores. Dichos hombres disfrutaban del derecho de una protección por parte del estado, solo los trabajadores, las personas que dependían de la caridad quedaron excluidas.
En España se hizo un especial hincapié en retornar a las mujeres al hogar, ya que en la República parecía que tomaron aires de libertad. Dice Luis Moreno y Sebastià Sarasa[3]  Las proclamas franquistas aseveraban, "El nuevo Estado debe sacar a la mujer del taller y retornarla al hogar",  Para ello, y en un intento de mantener a la mujer en el reducto hogareño, se estableció, entre otras medidas, el subsidio familiar. Con esta medida la Seguridad Social Española protegía solo a aquellos trabajadores que cotizaban, la situación de la mujer quedaba desprotegida fuera del ámbito familiar y de su relación de subordinación al marido o al padre. Además, las prestaciones por menores de edad, se concedían sólo en los casos en que uno de los progenitores estuviera asegurado, dejando a las familias más desprotegidas sin prestaciones para sus hijos. En la España franquista el derecho no era del menor, sino de sus padres casados, a los cuales se compensaba económicamente por sus cargas familiares. Los famosos “puntos”.

ESTADO DE LA CUESTIÓN
Después de años de penurias y lemas feministas, ¿Cómo queda actualmente la situación de la mujer? ¿Se ocupa el Estado del bienestar por igual de sus ciudadanas y sus ciudadanos?.
Actualmente, algunos países de la Unión Europea, están sufriendo situaciones de serias dificultades,  el sistema económico capitalista y la ideología liberal, están implantando sus criterios conjuntamente con las políticas de austeridad, como consecuencia el  Estado del Bienestar, queda  afectando en su totalidad.
En la actualidad, la situación ha ido empeorando, el desempleo ha aumentado en los últimos años, con lo cual, el sistema de recaudación de impuestos, y pagos de seguridad social, se están reduciendo, en consecuencia las prestaciones que antiguamente ofrecía el Estado, ahora, no se pueden mantener, aunque las necesidades no desaparecen y no solo siguen existiendo, sino que se producen en más áreas.
Desde que las mujeres se incorporaron al mercado laboral, el cuidado de la familia y de las personas dependientes, ha sido motivo de muchas controversias y dificultades. Las estadísticas muestran en muchas ocasiones, la relación que tienen ambos factores. Desempleo, medias jornadas y conciliación familiar.

Las mujeres volvemos a cubrir el vacío que el Estado deja en los temas de atención, ejercemos de cuidadoras, tanto de la infancia, como de las personas mayores. Por este motivo un gran número de féminas, se acogen a  la media jornada,  para poder conciliar, como consecuencia, cotizan menos, y no tienen derecho a prestación por desempleo o si tienen, es más reducida.

  CONCLUSIONES
Una de las consecuencias de la actual crisis económica, es por ejemplo,  la anulación y vaciado de la Ley de la Dependencia, por consiguiente, quedan desatendidos no solo los cuidados a personas dependientes, sino la cobertura de sus cuidadoras, ya que la mayoría son mujeres. También se ven afectadas las prestaciones por desempleo, aumentando las desigualdades sociales y  la pobreza.
En un artículo del diario El Mundo, Elena Mengual[4] afirma, que una de cada cinco mujeres de la Unión Europea se encuentra en situación de pobreza. Oficialmente. Si el cálculo se realizara por ingresos individuales en lugar de familiares, la proporción se elevaría hasta el 36%, frente al 11% de los hombres, según datos de la Comisión Europea.
Los derechos adquiridos  a lo largo de la historia, se tambalean, es difícil  contemplar su pérdida, pero también tenemos que darnos cuenta que en todas las situaciones las mujeres seguimos siendo las mas perjudicadas, lejos de la igualdad real, queda mucho trabajo por realizar.









BIBLIOGRAFÍA
Fraser,N. y Gordon, L, Contrato versus caridad: una reconsideración de la relación entre ciudadanía civil y ciudadanía social" NorthWestemUniversity.
Moreno, L y Sarasa, S. GÉNÉSIS Y DESARROLLO DEL ESTADO DEL BIENESTAR EN ESPAÑA, Instituto de Estudios Sociales Avanzados (CSIC, Madrid) y Departament de Ciències Polítiques i Sociales (Universitat Pompeu Fabra, Barcelona). Instituto de Estudios Sociales Avanzados Documento de Trabajo 92-13.
Nuño. L, El mito del varón sustentador: orígenes y consecuencias de la división sexual del trabajo, editorial, Icaira S.A,  Barcelona, 2010.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/04/19/economia/1334846954.html



[1] Nuño. L, El mito del varón sustentador: orígenes y consecuencias de la división sexual del trabajo, editorial, Icaira S.A,  Barcelona, 2010.
[2]  Fraser,N. y Gordon, L, Contrato versus caridad: una reconsideración de la relación entre ciudadanía civil y ciudadanía social" NorthWestemUniversity.
[3] Moreno, L y Sarasa, S. GÉNÉSIS Y DESARROLLO DEL ESTADO DEL BIENESTAR EN ESPAÑA, Instituto de Estudios Sociales Avanzados (CSIC, Madrid) y Departament de Ciències Polítiques i Sociales (Universitat Pompeu Fabra, Barcelona). Instituto de Estudios Sociales Avanzados Documento de Trabajo 92-13.

[4] http://www.elmundo.es/elmundo/2012/04/19/economia/1334846954.html